Todos sabemos, bien por experiencia directa o indirecta, cómo son los hospitales y lo que pasa en ellos. Unos nacen, otros mueren, otros se curan y siguen adelante… La vida viene y se va por los pasillos de los hospitales y sus habitaciones. La estancia en un hospital suele ser dura, tanto para los pacientes como para sus familiares. Y lo es todavía más cuando los pacientes son niños.
A lo largo de los años hemos oído hablar de muchas iniciativas solidarias, nacidas en el seno de los propios hospitales o lideradas por asociaciones u organizaciones, que contribuyen a hacer más llevadera la estancia de los más pequeños. Juegaterapia (que se centra en los beneficios del juego para los niños hospitalizados) o la Fundación Theodora (que cuenta con el apoyo de los Doctores Sonrisa) son grandes y maravillosos ejemplos de ello.
Pero hoy queremos compartir una iniciativa que nos ha tocado la fibra especialmente, ya que tiene que ver con niños y ARISTOPERROS. Y es que el Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Móstoles (Madrid) ha puesto en marcha una iniciativa pionera para hacer más agradable la vida de los niños que están ingresados en él.
A partir de ahora, el martes se convertirá en el momento más esperado de la semana para los más pequeños. Ya que de cinco a seis, los niños que posean ARISTOPERROS podrán encontrarse con sus mejores amigos en el centro sanitario.
Las tendencias globales apuntan a la personalización como clave para ofrecer cualquier producto o servicio. Tiene sentido, por tanto, que en medicina y salud también sea así. Ya que la personalización es la mejor aliada para para mejorar la asistencia hospitalaria. De hecho, el Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria que impulsa la Comunidad de Madrid tiene en la personalización uno de sus pilares estratégicos.
En el caso de los menores la personalización es todavía más importante. Ya que para ellos el ingreso hospitalario es una circunstancia particularmente dura, aburrida y eterna. Por eso, desde el área de Pediatría del hospital se intenta mitigar este mal trago, haciéndoles sentir como en casa —en la medida de lo posible.
Por eso se intenta que los niños puedan dormir con sus propios pijamas, comer comida «de casa» (en lugar de la típicamente sosa comida hospitalaria), jugar con sus juguetes… Y a partir de ahora también que reciban la visita de sus amigos más queridos: sus ARISTOPERROS.
Actualmente la visita solo puede ser de una hora (aunque mejor eso que no verlos, ¿verdad?), pero a la larga se espera que las visitas perrunas puedan llevarse a cabo dos veces por semana. Todo dependerá del éxito de la iniciativa, pero sabiendo la relación tan sólida, especial y beneficiosa que tienen los niños con sus ARISTOPETS (de la que ya os hemos hablado en otra ocasión), es de esperar que funcione a las mil maravillas.
Desde el punto de vista médico (que en este caso es el más importante), se consigue una mejora del ánimo de los niños, ya que la visita perruna rompe con la monotonía de los días de ingreso y se convierte en una razón de peso para «seguir adelante» y soportar con más energía las inyecciones, los goteros, los jarabes… y todo lo que los niños tienen que soportar para curarse. Por extensión, todo esto ayuda a que se acorte el tiempo que los niños pasan en el hospital.
Dicho todo esto, vamos a recopilar las claves para poder disfrutar de esta iniciativa.
¿Qué pacientes pueden recibir la visita de su ARISTOPERRO en el hospital?
Los niños ingresados que tengan entre uno y 15 años, siempre y cuando estén clínicamente estables.
¿Quiénes no pueden recibir la visita de su ARISTOPERRO?
–Los niños sometidos a algún tipo de aislamiento
—Los niños que tengan problemas respiratorios y necesiten oxígeno
—Los niños que presenten problemas o dificultades de movilidad
—Los niños que estén inestables clínicamente
¿Qué hay que hacer para solicitar una visita perruna?
Cumplimentar un formulario de solicitud, disponible en el Servicio de Información y Atención al Paciente del hospital.
¿Qué ARISTOPERROS pueden ir de visita al hospital?
—Todos ellos, siempre y cuando su raza no esté en la lista de las consideradas potencialmente peligrosas (según el RD 287/2002)
—Los perros que tengan las vacunas obligatorias al día
Normas a tener en cuenta
—Los perros deben haber sido cepillado a conciencia antes de entrar al hospital, para evitar en la medida de lo posible caída de pelo en el recinto
—Deben haber hecho sus necesidades (el porqué de esto es obvio)
—Deben estar a cargo y a la vista de un cuidador adulto en todo momento
Como ves, se trata de una iniciativa conmovedora y muy positiva para todos. Tanto para los pequeños pacientes, como para sus familiares (que seguro que se sienten felices de ver el reencuentro), como para dignificar el rol de las mascotas en nuestra sociedad, y también para demostrar que la atención sanitaria no solo se basa en la ciencia, sino ante todo en la humanidad, la empatía y el afecto.