Uno de los grandes beneficios que aportan las mascotas en la familia o en casa es felicidad. Las mascotas desprenden felicidad, pero no por lo que dicen, porque no saben hablar, sino por como actúan. Están siempre pendiente del dueño, le hacen compañía y nunca le dejan sólo. Cómo nos decía María Martínez, veterinaria etologa, “las mascotas son un apoyo incondicional de sus dueños”.
Al final esa felicidad es recíproca. Todo dueño busca la felicidad, el cuidado y sobre todo la salud de su mascota, quiere que se sienta el rey de la casa. Entonces, a nadie le gusta que su perro o su gato enferme.
Imagínate, que estás tan tranquilo en casa y de repente, notas que tu perro empieza a convulsionar y no sabes lo que le pasa. Esto mismo le sucedió a Goyo, dueño de Golfo, un Border Collie de siete años. Golfo sufre ataques epilépticos desde los tres años.
La historia de Golfo
“Golfo tenía tres años cuando le dio su primer espasmo”, nos cuenta Goyo. “Me asuste mucho, es algo que jamás te esperas”, continúa.
No hay ninguna enfermedad que sea mejor que otra, porque todas al final asustan y dan miedo. Y sobre todo, cuando le sucede a un ser querido. En el caso de los animales, que no pueden hablar, muchas veces no sabes como ayudarle.
Hemos hablado con Goyo, el dueño de Golfo, para contaros cómo es el día a día de un perro que sufre ataques epilépticos.
Golfo sufre ataques epilépticos desde que tenía tres años, pero por suerte, según nos ha contado su dueño sólo le dan de vez en cuando, no es que sea algo continúo. La primera vez que le dio fue con tres años y no se le volvió a repetir hasta el año.
Sin embargo, hace seis meses le volvió a dar uno más grande y se le repitió en muy poco tiempo y Goyo decidió llevarle al veterinario.
“He decidido no darle ningún medicamento, porque sólo le dan muy de vez en cuando. Si le diesen más a menudo, lo mismo cambiaba de decisión. Por ahora, le he castrado, que fueron una de las cosas que me dijo el veterinario y sólo le ha dado un ataque”, nos cuenta.
Cuando un perro está excitado o ha realizado un esfuerzo grande es uno de los momentos en el que le puede dar un ataque. Por eso mismo, Goyo decidió castrarle para bajarle el nivel de excitación, y desde entonces está mas tranquilo. “A veces cuando le da un ataque es cuando se va detrás de conejos en el campo o corre mucho”, nos detalla.
¿Cómo actúa Goyo cuando le da un ataque?
“Cuando estamos nosotros, le tapamos con una toalla húmeda y le tumbamos. Intentamos que haya la menos luz posible, por tanto le apagamos la luz y le pinchamos un valium para que se relaje”, nos cuenta. “El ataque le dura unos 10 minutos”, detalla.
Los perros a diferencia de las personas no pueden ahogarse ni tragarse la lengua, lo único es que al caerse pueden darse un golpe fuerte o morderse la lengua. Por tanto, la gravedad del asunto es más leve.
Goyo no sabe cuál puede ser la causa de que Golfo sufra ataques epilépticos, porque para saberlo tendría que hacerle a resonancia. Y por ahora, no quiere tomar esa decisión, debido a que puede correr ciertos riesgos secundarios en Golfo, ya que la resonancia en los perros es diferente a la de las personas. Aunque, alguna de las causas que pueden ser según nos ha contado es porque padece una malformación en el cerebro o porque le ha picado algo y tiene un coágulo.
Sin embargo, a pesar de ello, “Golfo es feliz y lleva una vida normal, al ser un Border Collie necesita mucha actividad. Le encanta la playa y disfruta con ella. No ha cambiado su vida a pesar de tener epilepsia, porque le dan muy leves”, nos recalca.
Goyo nos ha explicado que es cierto que se asusta mucho, pero mientras el vea que su perro es feliz, él siempre lo será. Cuando suceden estas cosas, nosotros siempre recomendamos que acudáis al veterinario. Ellos siempre te van ayudar y van a querer lo mejor para tu mascota.
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