¿Cuáles son las razas de ARISTOPERRO más sociables?
Quienes vivimos con un ARISTOPERRO tendemos a pensar que el nuestro es el más guapo, el más listo, el más majo, el más sociable… Pero no es así. Al menos según lo que dice la ciencia. Concretamente según un reciente estudio publicado en Science, que apunta que la personalidad de nuestros ARISTOPERROS podría venir de fábrica.
Según los científicos de la Universidad de Princeton (EE.UU.) que llevaron a cabo la investigación, los perros son sociales y sociables por naturaleza. Esto no se debe a un aumento en su cognición social, sino a una mutación genética relacionada con el síndrome de Williams-Beuren: un trastorno del desarrollo humano con síntomas como la hipersociabilidad, que afecta a uno de cada 7.500 recién nacidos en España.
El estudio, dirigido por Bridgett Von Holdt, se centró en el área cromosómica implicada en la sociabilidad canina, y analizó el comportamiento y el ADN de varias razas de perros procedentes del American Kennel Club. Las razas presentes fueron el malamute de Alaska, Boyero de Berna, border collie, bóxer, basenji, cairn terrier, golden retriever, perro de montaña de los Pirineos, Jack Russell terrier, saluki, carlino, caniche enano y schnauzer miniatura.
Ya sabíamos que la soledad y el aislamiento provocan problemas de conducta en el perro, como la agresividad o la incapacidad para relacionarse con otros congéneres o personas. De hecho, se recomienda la integración del perro en el grupo familiar y el contacto diario con personas y otros animales.
Sin embargo, este nuevo estudio sugiere que los perros tienen una condición genética que puede conducir a una motivación exagerada para buscar contacto social en comparación con los lobos. Los resultados apuntan a que los genes GTF2I y GTF2IRD1 están conectados con la hipersociabilidad en perros, y que esta no se debe a una forma avanzada de cognición social desarrollada a causa de su domesticación, como se había creído hasta ahora. Monique Udell, científica de la Oregon State University (EE.UU.) y coautora principal del estudio, asegura que estos hallazgos «proporcionan una nueva comprensión de la divergencia de comportamiento entre perros y lobos».
En el estudio, los investigadores evaluaron la sociabilidad de 18 perros domésticos de distintas razas y 10 lobos grises cautivos de diferentes continentes mediante dos tareas de resolución de problemas.
La primera consistía en abrir una caja con una salchicha dentro en dos minutos y con un humano presente. Los resultados mostraron que los perros eran más propensos a abandonar la tarea para mirar a la persona, mientras que los lobos solían persistir y resolverla, incluso con alguien cerca.
En la segunda prueba ocurrió algo parecido: sentaron a una persona dentro de un círculo, y llevaron a cabo dos pruebas. En la primera (fase activa), la persona llamó al animal por su nombre y alentó el contacto. Mientras que en la segunda (fase pasiva), se sentaron en silencio y lo ignoraron. El resultado: tanto perros como lobos se apresuraron a acercarse a la gente. Sin embargo, los lobos tendieron a alejarse después de unos segundos, mientras que los perros persistieron en intentar capturar la atención de los individuos, tanto familiares como desconocidos.
Según este estudio, los ARISTOPERROS más sociables y portadores de la mutación genética resultaron ser: Boyero de Berna, border collie, boxer, golden retriever, Jack Russell terrier, caniche miniatura y pug. En cambio, no buscaban la atención de los humanos los malamute de Alaska, los basenji, cairn terrier, perro de los Pirineos, schnauzer miniatura, saluki y perros semidomésticos. Unos resultados interesantes con los que seguro que discrepan muchos ARISTOPADRES de las razas supuestamente menos sociables…
En todo caso, la relevancia de esta investigación radica en que es la primera en integrar datos conductuales y genéticos para comprender los fundamentos moleculares de los cambios que ocurrieron en el comportamiento social de los perros durante la domesticación. No obstante, no hay que olvidar que el análisis está hecho a partir de pocas muestras de animales y aunque los genes identificados son buenos candidatos para explicar la hipersociabilidad, se necesitaría investigar un grupo más grande y diverso para confirmar los resultados.
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