Hace un tiempo os contamos los problemas a los que se enfrentan los ARISTOPADRES a la hora de encontrar una nueva vivienda de alquiler… donde sus ARISTOPETS sean bienvenidos. Ya que, por lo general, la mayoría de arrendatarios prefieren que sus casas estén ocupadas únicamente por personas y, en muchos casos, hasta se oponen a la presencia de mascotas en sus viviendas. Lógicamente están en su derecho, pero no deja de ser sorprendente que, en 2017, esto siga ocurriendo. Más que nada porque, como siempre decimos, que una vivienda alquilada no quede en condiciones cuando un inquilino la abandona, no es ningún caso responsabilidad o culpa de la mascota. Sino del dueño, que es su tutor o responsable.
Pero las mudanzas no son solo un quebradero de cabeza por lo que respecta a encontrar una vivienda en la que admitan a tu mascota. Sino porque el cambio de «territorio» o de espacio también afecta a los ARISTOGATOS y a los ARISTOPERROS. A su estado de ánimo y a su comportamiento.
Esto se debe a que nuestros ARISTOPETS son territoriales. Especialmente los gatos, que parece que son más difíciles de complacer. Los gatos marcan y delimitan su territorio. Esto significa que restriegan su cuerpo contra los objetos o lo arañan para demostrar quién es el dueño del lugar (en sus almohadillas poseen unas glándulas que segregan una sustancia con un olor característico con el que impregnan todo lo que les pertenece). Pero, en general, como decíamos, la mayoría de animales de compañía perciben su casa como su mundo. Por lo que un cambio de hogar puede tener consecuencias.
Por eso, compartimos hoy contigo unos consejos para conseguir que la adaptación de tu perro o tu gato sea lo más sencilla y placentera posible para todos:
1. Poco a poco
Hazlo con calma, paso a paso. Idealmente, tu mascota debe conocer el espacio antes de instalarse en él. A ser posible (especialmente si se trata de un perro, porque será más sencillo) llévalo contigo a visitar vuestra nueva casa. La primera vez que vayáis a verla, asegúrate de que tu perro ha jugado lo suficiente y se ha «cansado» lo necesario para estar desfogado y tranquilo.
2. Sus cosas
La única persona que se muda no eres tú. Tu gato o tu perro también tienen sus cosas, claro, y debes ir llevándolas a casa paulatinamente. Porque si llevas todas de golpe puede que se quede sin nada con lo que jugar en la casa donde vivís. Y eso tampoco es muy interesante. Por eso te recomendamos que en cada visita que hagas a la nueva casa con tu mascota, lleves algún juguete o pertenencia suya para que vaya viendo que también es un lugar agradable y divertido.
3. Su cama
Puede que pienses que tu gato o tu perro se merece una cama nueva, con esto del cambio de casa. Pero nada más lejos de la realidad. Al menos al principio. Lo más recomendable es que identifique su cama, perciba su propio olor y reconozca que ese es «su sitio». Sin lugar a dudas eso le ayudará mucho en la adaptación.
4. No le malcríes
También puede que pienses que una forma de premiarle es dejarle hacer lo que le dé la gana en esta nueva casa, pero no es así. Para no desajustarle, su rutina y su estilo de vida debe seguir siendo le mismo que siempre. Así que mantente firme.
5. Ten paciencia
Seguramente este sea el consejo más importante. Una mudanza es dura para todos. Y todos los miembros de la familia necesitan tiempo para adaptarse y sentirse plenos. Puede que al principio no sea fácil o que sientas que se ha producido un «retroceso» en la educación de tu mejor amigo, pero sé paciente: en cuanto se den cuenta de que en esa casa también son los reyes y que se les quiere igual que siempre, todo volverá a la normalidad.