Como ya os contamos en otra ocasión, las mascotas aparecen representadas en el arte desde la prehistoria. Porque forman parte de nuestra vida familiar y de nuestra cultura. Por eso un post no basta para hablar de las mascotas en el arte. Así que hoy vamos a compartir con vosotros más obras protagonizadas por mascotas, así como otras en las que las mascotas tienen un papel importante. Todas han pasado a la historia. Esperamos que os gusten.
El matrimonio Arnolfini
Así es como se conoce popularmente esta obra de Jan Van Eyck, cuyo verdadero título es «El casamiento de Giovanni Arnolfini y Giovanna Cenami». La obra muestra un momento de la boda entre un comerciante italiano con la hija de otro comerciante. La obra ha sido analizada (y sigue siéndolo) por expertos de todo el mundo, porque está cargada de elementos que, aunque puedan parecer casuales a ojos inexpertos, están llenos de simbolismo. El simpático perrito a los pies de la pareja es un buen ejemplo de ello. Pues el pequeño terrier simboliza el compañerismo, la fidelidad y el amor. Valores que, tanto el artista como seguramente los contrayentes, consideraban básicos para que el matrimonio fuera feliz
El landseer salvador
Sir Edwin Henry Landseer fue un pintor británico, especialista en pinturas de animales. Sus más conocidos trabajos son, sin embargo, las famosas esculturas de los leones en el monumento a Horacio Nelson en la Trafalgar Square, que seguro que más de uno habéis visto. En este caso, no queríamos dejar de compartir con vosotros esta impresionante obra en la que retrata a un magnánimo Landseer (el nombre El nombre de la raza es un homenaje al pintor, que realizó muchas obras en las que aparecía esta precioso perro, del que podéis saber más leyendo aquí). Según cuentan, salvó a 23 veintitrés personas de ahogarse en el río Támesis en Londres.
El Cavalier King Charles Spaniel
Edouard Manet, padre de los impresionistas, pintó en 1866 esta tierna obra que se encuentra hoy en día en la National Gallery of Art. El protagonista es este precioso Cavalier King Charles Spaniel. Esta raza se caracteriza por tener un temperamento activo y alegre, pese a la sobriedad y parsimonia con la que posa «el modelo». ¡Buen chico!
Chico desnudo abrazando a un gato
Esta obra de Renoir, pintada en 1868, se exhibe actualmente en el Museé d’Orsay. Y sigue intrigando a quien la ve porque este desnudo masculino no tiene equivalente en la obra del pintor. Que se desconozca la identidad del modelo acentúa, sin duda, la sensación de enigma que transmite. Por lo que dicen los expertos, por ahora se descarta que pueda contener referencias mitológicas. Hasta que se sepa algo más, seguiremos sonriendo cuando veamos a ese enorme gato (de nombre desconocido, claro), dejándose abrazar con pachorra, como si fuera un peluche.
El gato blanco
Hay que reconocer que este gato pintado por Bonnard es un tanto extraño: arquea el lomo, desmesuradamente, tiene la cabeza hundida, los ojos surcados y un aire un poco malicioso. Pero nos gusta mucho, porque el gato se convierte en modelo y el artista se permite experimentar, explorar sus propias capacidades pictóricas. De hecho, la obra se encasilla dentro del estilo «Nabi», tiene una inspiración japonesa tanto en la atrevida composición, asimétrica, como en el tema.
A lo largo de toda su obra, Bonnard pintó innumerables lienzos con gatos, a veces como simple detalle más o menos visible, a veces, como en este caso, como tema central.