La vuelta al cole se acerca y es inevitable pensar en todo lo que eso conlleva: rutina, un gasto considerable, prisas, exámenes… estrés. Esto es así sobre todo para los estudiantes, pero en muchos casos los padres también se ven “salpicados” por esa situación, cuando ven a sus hijos alterados.
El estrés es el proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante de sus recursos. A menudo los hechos que lo ponen en marcha son los que están relacionados con cambios, exigen del individuo un sobreesfuerzo y por tanto ponen en peligro su bienestar personal. El estrés es uno de los principales problemas de las sociedades modernas.
Muchos nos preguntamos qué hacer para combatirlo. Y para ello hay muchísimas alternativas: practicar ejercicio, contar con la ayuda de un psicólogo, darse masajes terapéuticos, leer libros de autoayuda… Cada persona tiene su respuesta. Aunque, todo hay que decirlo, no siempre funciona.
Sin embargo, en ocasiones dar respuesta a un problema es mucho más fácil de lo que parece y está a nuestro alcance. Solo hay que mirar a nuestro alrededor. Prueba de ello es la iniciativa que puso en marcha la Universidad de Dalhousie, en Halifax (Nueva Escocia, Canadá), durante el año 2012: “The puppy room”.
Los organizadores de “The puppy room” se dieron cuenta de que una de las cosas que hacían los estudiantes era buscar en google imágenes de cachorros (¿quién no lo ha hecho alguna vez?). Cachorros, gatitos, bebés de animales salvajes. Cuando les preguntaban la causa, estos respondían que lo hacían para relajarse. A partir de ahí, surgió el sueño de “The puppy room”.
Con la ayuda de la organización Therapeutic Paws of Canada, la universidad de Dalhousie habilitó una sala a la que los estudiantes podían acudir para “desestresarse” de una forma muy sencilla y entrañable: acariciando mascotas. Por la sala pasaron labradores, papillones, dálmatas, san bernardos… y muchos otros peludos cariñosos y adorables. La iniciativa, cómo no, fue un éxito y no hubo estudiante que se resistiera a pasar un rato con una mascota, entre examen y examen, o aprovechando una pausa durante la jornada de estudio.
https://www.youtube.com/watch?v=1eV70gfih9M
El poder terapéutico de las mascotas y los beneficios que entraña su cercanía están más que probado por la ciencia. En este caso ayudaba a los estudiantes a relajarse, a rendir más, a obtener mejores resultados, a estar más sanos por dentro y por fuera, así como a socializar entre ellos. Por último, pero no por ello menos importante, también a crear o a fortalecer un vínculo emocional y afectivo entre ellos y las mascotas.
Si bien la iniciativa tuvo una duración determinada, sirvió de inspiración a otros centros, como por ejemplo al Virginia Tech University, que llevó a cabo una actividad similar en su biblioteca, de la mano de VT Helping Paws, como podéis ver aquí:
Como decíamos, estas terapias con mascotas han sido puntuales en ambos centros, pero desde ARISTOPET deseamos que sirva de inspiración para los centros españoles y que, muy pronto, nos llegue la feliz noticia de que los estudiantes españoles van a estar más contentos y relajados cuando vayan a clase, y sobre todo durante la época de exámenes.