A todos nos ha pasado alguna vez. Vas de paseo con tu ARISTOPERRO y, en un momento dado, decides o necesitas entrar en un establecimiento donde, por desgracia, los perros no son bienvenidos.
Está claro que como ARISTOPADRES evitamos a toda costa este tipo de situaciones. Tendemos a elegir los negocios que son pet friendly, ya sea para tomarnos una cerveza, o para comprar algún regalo e incluso, hacer la compra semanal. Cada día hay más locales pet friendly. Pero es un hecho que todavía hay muchos que no lo son… y a los que, tarde o temprano, debemos recurrir. Es inevitable.
¿Y qué pasa en esos casos? Que nos vemos en la desagradable tesitura de tener que dejar a nuestro mejor amigo en la calle. Es verdad que no le quitamos el ojo de encima, pero es una situación que no gusta a nadie… Especialmente cuando hay que dejarlo en una calle muy transitada o demasiado estrecha. No es agradable ni seguro.
Así surge Dog Parker, una red de casetas inteligentes de alquiler temporal para perros, donde a partir de ahora los neoyorkinos podrán dejar a sus perros, el tiempo que necesiten, mientras hacen gestiones o entran en establecimientos donde no admiten perros.
Dog Parker surge de una necesidad. La que vivió en su propia piel Chelsea Brownridge, cofundadora de la empresa, junto con su perro Winston, un terrier rescatado con quien comparte su vida en Brooklyn. Según cuenta, cansada de no poder disfrutar de la compañía de su perro, preocupada por el estado en el que se veía obligada a dejarlo en la calle y angustiada por miedo a que pudieran robarle el perro o que se perdiera o asustara, Chelsea tuvo una idea.
¿Y si creaba casetas para perros, siguiendo el esquema de la economía colaborativa? Es decir, casetas de alquiler temporal, donde los dueños neoyorquinos pueden dejar provisionalmente a sus perros mientras hacen gestiones o entran en establecimientos donde no admiten perros. ¡Y dicho y hecho!
Disfrutar de la comodidad de este alojamiento temporal y de conveniencia es muy sencillo, ya que el sistema funciona a través de una app (también llamada Dog Parker). Con ella, el usuario puede geolocalizar las casetas más próximas al área donde se encuentra y reservar una caseta con quince minutos de antelación. Asimismo, la caseta se abre con la propia aplicación (como ocurre con las redes de coches y motos eléctricos que empiezan a proliferar en las grandes ciudades). También permite monitorizar la temperatura interna de la caseta y controlar a tu perro en tiempo real a través de una web cam instalada en el interior de la caseta.
El coste de la estancia en esta caseta temporal es de 20 céntimos por minuto. Por lo que con 1 dólar tienes 5 minutos. Un precio intencionadamente elevado… Porque el propósito del servicio es simplemente brindar una solución temporal a los dueños en apuros. Pero bajo ningún concepto es una alternativa a los cuidados diarios y responsables que los ARISTOPERROS merecen.
Poco a poco, la red de casetas de alquiler inteligentes va expandiéndose por Nueva York, gracias a la buena predisposición de las autoridades locales y a los acuerdos a los que está llegando la empresa con establecimientos y comercios que, si bien no admiten o no pueden admitir perros, demuestran mayor preocupación por sus clientes ARISTOPADRES.
Es muy significativo que esta idea se haya materializado en una ciudad donde transitan miles de vehículos y millones de viandantes cada día. Una ciudad donde hace unos meses se inauguró una terminal aérea exclusiva para mascotas, como respuesta al tráfico tan enorme que se produce en el aeropuerto (más de 70.000 al año). ¡A ver si tomamos ejemplo!
