Blanca Flor & Annita Rodríguez
Un amor de toda la vida
Os presentamos a Blanca Flor que comparte vida con Annita, una ARISTOPETER adorable que conocemos desde hace tiempo y de la que podemos decir que es una ARISTOPETER en toda regla. Annita es super dulce y cariñosa y así es, con Blanca Flor. Pone el mismo cariño, perfeccionismo y dedicación que pone en todo lo que hace. Una profesional excepcional y mejor persona. Nos ha encantado entrevistarla y que nos hable sobre su vida THE ARISTOPETER.
Háblanos sobre Blanca Flor ¿Cómo llegó a tu vida? ¿Hace cuánto tiempo?
Conozco a Blanca Flor prácticamente desde que nació y siempre tuvimos una relación muy especial, pero al principio ella vivía con Jota (José Ramón Rocabert), mi mejor amigo y casi hermano. Cuando él se marchó a vivir una temporada a París, me pidió si me podía quedar con ella, y al poco tiempo Blanca Flor se había convertido en la reina de mi casa: entonces tenía 4 años y ahora va a cumplir 14, así que lleva conmigo casi 10 años. Aunque Jota volvió de París al cabo de unos años, fue tremendamente generoso dejando que Blanca Flor siguiera viviendo conmigo, creo que si se la hubiera querido llevar hubiéramos tenido un Kramer contra Kramer.
¿De dónde viene su nombre? ¿Por qué se decidieron por ese nombre?
Blanca Flor fue un regalo un tanto inesperado, se la trajo a Jota un amigo porque su madre tenía dos yorkies (Elvis y Priscilla) que habían tenido descendencia y pensó que un cachorro sería la compañía perfecta para él. Cuando llegó era diminuta, cabía en la palma de una mano, y parecía frágil y un poquito cursi. Jota decidió buscarle el nombre más enorme para aquella cosita tan pequeña, y entre todas las opciones (algunas dignas de toda una estrella del culebrón), ganó Blanca Flor. Cuando al principio vino a vivir con nosotros, mi chico se moría de la vergüenza cuando salía a pasear con ella y tenía que llamarla en mitad de la calle, pero lo cierto es que nos divierte mucho la cara que pone la gente cuando descubren su nombre…
¿Cuéntanos algo sobre ella? ¿Qué anécdota compartirías con todos los ARISTOPETERS?
Anécdotas tengo miles porque son muchos años juntas y hemos vivido de todo. Además siempre que ha sido posible, ha venido a trabajar o ha viajado conmigo. Como curiosidad, te puedo contar que fue la primera mascota en entrar al Ateneo Científico y Literario de Madrid, y posiblemente la única que tiene una foto sentada sobre la mesa de Manuel Azaña, en la que se fraguó la Segunda República Española. Le encanta la playa y en el campo se asilvestra y saca su espíritu de terrier. Aunque casi siempre la llevo conmigo de viaje, cuando ve que empiezo a preparar maleta se mete dentro por si acaso…
Ahora es viejita tiene demencia senil y otros achaques. A veces nos despierta a las 5 de la mañana porque está desorientada, pero sigue siendo la perra más buena y más noble del mundo. Mi chico y yo nos esforzamos mucho para hacer que los años que le queden sea lo más feliz posible.
Cuéntanos algo sobre ti, ¿a qué te dedicas? ¿Qué es lo que más te gusta hacer?
Soy producer de eventos y publicidad, y además comparto proyecto vital con el “padre” de Blanca Flor: Brunch Magazine, una revista digital de moda y tendencias que nos ha servido de plataforma para proyectar nuestro servicio 360º de branded content y brand awareness. También doy clases en la Universidad Camilo José Cela (UCJC), así que como verás estoy bastante atareada. Tengo la gran suerte de disfrutar mucho de mi trabajo, y como soy freelance soy también la dueña de mi tiempo, algo que a día de hoy es, en mi opinión, un preciado tesoro.
Cuando no estoy trabajando lo que más me gusta es viajar, descubrir nuevos lugares y perderme en ellos. Si me tocara la lotería, Blanca Flor, mi chico y yo nos convertiríamos en unos nómadas de manual.
¿Qué le diríais a alguien que quiere incorporar un ARISTOPET en su vida?
Le diría que cuidar de un ARISTOPET es de lo mejor que les va a pasar en la vida. El amor por una mascota es sin duda el más desinteresado que existe. El cariño que los animales nos dan es también el más puro. Pero no hay que olvidar que ser ARISTOPETER es una gran responsabilidad. Las mascotas no son accesorios, son seres vivos que dependen totalmente de nosotros. Requieren cuidados y en ocasiones tienen necesidades especiales que hay que estar preparados para asumir con cariño y total generosidad.
Fotografía: Cristina Andreu