Poco a poco, las necesidades y los derechos de los ARISTOPETS van siendo más tenidos en cuenta. No solo por la sociedad en general, sino también por quienes nos gobiernan. En los últimos meses hemos presenciado un gran paso. Como es que el Código Civil reconozca que los animales son seres vivos dotados de sensibilidad y no cosas, que es lo que siempre se les había considerado con pésimo criterio.
Pues bien, hace unas semanas, en el marco del Pleno del Congreso de los Diputados se iniciaba el debate sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018. Presupuestos que, de ser aprobados por mayoría, pasaría al Senado para tramitar su aprobación definitiva.
En este debate, cada ministro explicaba las partidas presupuestarias de sus ministerios y los grupos políticos planteaban enmiendas. Una de ellas, que es la que nos alegró inmensamente, atacaba directamente al IVA Veterinario.
Como ARISTOPADRES sabemos que, a veces, visitar al veterinario equivale a salir con los bolsillos vacíos. Pero lo hacemos sin dudar, las veces que sea necesario, porque nuestros ARISTOPETS son nuestra familia. Los amamos y estamos dispuestos a hacer por ellos todo lo que sea necesario.
Pero lo cierto es que cuando pasamos por el veterinario, además de la consulta pagamos un porcentaje muy elevado de IVA. El 21%, es decir, el IVA general. El mismo que se aplica, por ejemplo, en hostelería, en cultura (cine, teatro), en la peluquerías, en los gimnasios… Algo que, a todas luces, no tiene ningún sentido. Porque llevar a tu ARISTOPERRO o ARISTOGATO al veterinario es por una cuestión de fuerza mayor, por control sanitario o por responsabilidad, ya que el hecho de que no se traten las enfermedades en los animales puede tener muchas consecuencias para ellos mismos y para todos, por lo que salta a la vista que no hay nada de placentero en ello. Luego, ¿qué sentido tiene que se nos grave por igual cuando vamos al veterinario que cuando cenamos en un japonés?
La enmienda presentada recogía una demanda que el sector lleva mucho tiempo reivindicando. Y propone que el tipo impositivo pase de ser general (21%) a reducido. El IVA reducido equivale al 10% y se aplica a muchísimos productos, como los alimentos en general, transporte de viajeros, plantas hortícolas o espectáculos deportivos amateur, entre otros. Anteriormente este tipo impositivo estaba en el 8%, pero si por algo se caracteriza la economía en este país es que los impuestos siempre nos los suben a los mismos…
Lo cierto es que, finalmente, el Congreso rechazó bajar el IVA veterinario. La iniciativa presentada por diferentes partidos políticos no contó finalmente con la mayoría de la Cámara, pues otros partidos rechazaron apoyarla.
Una noticia triste que, desde luego, no contribuye a poner las cosas fáciles a las familias que pasan más dificultades económicas y cuentan con una o varias mascotas. Considerar que las mascotas son «un lujo» no contribuye a que la tasa de abandono de animales disminuya, sino a todo lo contrario. Algo que, aunque muchos hagan la vista gorda, también tiene un fuerte impacto económicos en las administraciones, que son, en principio, quienes deben hacerse cargo del mantenimiento de todos esos animales abandonados. Claro que luego sabemos que parte de los refugios y protectoras son iniciativas privadas…
Otro daño colateral de este tipo impositivo es el cierre de clínicas. Ya que el encarecimiento de los servicios veterinarios hace que aumenten los casos de desatención por parte de los dueños. Y que, en paralelo, nos volvamos más exigentes con los veterinarios, ya que con todo lo que pagamos… lo mínimo que esperamos es un servicio perfecto.
En definitiva, una vez siguen haciendo la vista gorda ante una realidad que no debería politizarse ni tener color. Porque el respeto a las mascotas y la tenencia responsable solo entiende de una cosa: amor.
