El Gran Danés, también conocido como dogo alemán o alano alemán, es una raza canina conocida por su gran tamaño y personalidad delicada. La Federación Cinológica Internacional lo considera el «Apolo entre todas las razas».
Y es que, efectivamente, se trata de un perro fascinante que siempre ha estado junto al hombre a lo largo de los siglos. En este tiempo ha desempeñado funciones de cazador, guardián, defensor y, por supuesto, ARISTOPERRO.
Ya en el Antiguo Egipto encontramos efigies de perros similares al dogo en las tumbas de los faraones; en los bajorrelieves asirios, en escenas de caza mayor; los antiguos romanos, además del moloso utilizado en los combates, tenían otros perros, igual de grandes pero más ágiles: probablemente les debemos a ellos su difusión en todo el territorio europeo, incluida Britania. En estampas y grabados de la época medieval, procedentes de distintos países europeos, hallamos reproducciones de perros que, sin duda, son dogos alemanes.
Así fueron apreciados y luego criados sobre todo en Alemania, y los alemanes supieron mejorar la raza, en parte gracias a cruces con perros locales. El producto de estos cruces se denominó inicialmente english dogge (perro inglés), pero pronto lo convirtieron en su raza nacional, probablemente gracias, entre otros, al famoso canciller Otto von Bismarck, quien solía dejarse ver acompañado de perros de esta raza.
Sin embargo, según algunos autores este nombre no deriva del país de procedencia (es interesante observar que no se tienen noticias de particulares atenciones hacia esta raza por parte de los daneses), sino de que estos perros eran sobre todo de color canela, es decir, rubios, sin máscara, con patas largas y tronco fuerte. Es decir, las mismas características que se les presuponen a los habitantes de Dinamarca.
En la segunda mitad del siglo XIX se acuñó definitivamente el nombre de deutsche dogge (es decir, perro alemán). Y mientras, se convertía en “raza nacional” y se establecía criar con único nombre a todos estos perros que poco diferían entre sí, a no ser por el color del manto. Por ello, es imposible determinar el exacto lugar de origen de esta raza o la variedad de perros que han contribuido a su formación, aunque sí el lugar en el que si hicieron grandes como raza.
¿Cómo es el Gran Danés?
El Gran Danés se cría en tres variedades independientes: leonado y atigrado, arlequin y negro, azul. Todas ellas con un manto corto, tupido, liso y brillante. Y todas ellas con la apariencia aristocrática que caracteriza a esta raza.
Todo su cuerpo transmite orgullo, fuerza y elegancia. Pese a sus grandes proporciones se trata de un perro equilibrado y ágil. En el caso de los machos, el peso oscila entre 54 y 90 kilos, y la altura a la cruz es como mínimo de 80 centímetros y como máximo 90. En el caso de las hembras, su peso alcanza entre los 45 y 59 kilos, mientras que su altura a la cruz ronda los 72 y 84 centímetros.
De cabeza alargada y estrecha, erguida, sobre un cuello largo, seco, musculoso. También destaca su grupa, ancha y con una fuerte musculatura, sobre la que los más pequeños de la casa suelen tener la tentación de montarse. La cola es muy expresiva, de manera que en reposo cuelga hacia abajo formando una curva natural. Cuando está excitado o durante el movimiento, adquiere un leve porte de sable.
En su rostro destaca una trufa bien desarrollada, más ancha que redonda, por lo general de color negro. Su hocico es profundo y en lo posible rectangular. Su mandíbula es ancha, fuerte y bien desarrollada. Mientras que los músculos de las mejillas están levemente marcados. Por naturaleza sus orejas son colgantes y tienen a apoyarse sobre las mejillas.
Sus ojos son de tamaño medio, pero nos encanta su expresión vivaz, inteligente y amigable. Lo dicen todo con solo una mirada.
Pese a sus proporciones gigantes, el Gran Danés tiene un movimiento armonioso, ágil, elástico y es capaz de cubrir mucho terreno. Verlo caminar, con ese estilo y saber estar, es un placer.
¿Cómo se comporta el Gran Danés?
Pese a su gran e imponente tamaño, quienes lo conocen saben que en realidad se trata de un perro amigable, cariñoso y devoto de su ARISTOPADRE. Ante los extraños puede ser algo reservado, pero eso se le pasa pronto, en cuanto coge confianza. Como perro de compañía, es un perro fantástico. Cariñoso, seguro de sí mismo, poco asustadizo y dócil, si recibe el trato que merece.
¿Cómo cuidar del Gran Danés?
Debido a su gran tamaño, el Gran Danés se desenvuelve mejor en espacios amplios, donde puede ejercitarse y sentirse más libre. Aunque si se tiene en pisos o en espacios cerrados tampoco hay demasiado problema, siempre y cuando se le dedique un tiempo considerable cada día para que pueda ejercitarse, cansarse y mantener su equilibrio interior.
Asimismo, al ser un perro acostumbrado, tradicionalmente, a llevar a cabo labores de caza y defensa, el Gran Danés requiere que se le eduque con un alto umbral de estimulación. Necesita sentirse útil y activo, le gusta tener «su sitio» en casa.
Esperamos que te haya gustado conocer mejor a este precioso y enorme ARISTOPERRO. Si quieres seguir leyendo sobre otras razas, haz clic aquí.