Para los perros el juego es vital ya que se trata de un entrenamiento para la vida real. De esta forma aprenden a desarrollar capacidades y relaciones sociales tanto con perros como con personas, a evaluar las habilidades de uno mismo frente a las habilidades del otro, a saber cómo proceder ante situaciones imprevistas, y a desarrollar capacidades necesarias para la cooperación, entre otras.
A través de algunos estudios se conoce que el juego es un indicador del grado de bienestar del perro.
Importante conocer las conductas de los perros al jugar
Es importante saber cuáles son las conductas que los perros llevan a cabo con otros perros a la hora de iniciar el juego, para diferenciarlo de una posible pelea. Algunas de estas conductas suelen ser: dar con la pata en la cara, revolcarse panza arriba, ladrar, hacer emboscadas, y la señal que más se conoce, el “arco de juego” o “play bow”.
Postura “Play bow” o “arco de juego” se utiliza para iniciar el juego e informar que sus acciones son juguetonas
La postura que suele ser es codos en el suelo, parte trasera levantada, expresión relajada y atenta, boca abierta, ladrido agudo, cola alta y con movimientos amplios. Los perros suelen usar este método para demostrar que quieren jugar, así como que sus intenciones son amistosas.
Durante el juego, también se puede dar que tu perro gruña, esto no tiene por qué significar algo negativo, ya que es otra forma de comunicación. Hay que estar atento al resto de comportamientos en ese momento.
Disfruta jugando con tu perro para una mejor experiencia
Desde GEMCA, Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento Animal de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (AVEPA), explican en un artículo que para que tu perro disfrute de verdad del juego, tú también debes disfrutar de él.
La falta de juego puede influir en el comportamiento de tu perro
Por otro lado, la falta de juego puede ocasionar cambios en su comportamiento. Cuando no juegan, tienen exceso de energía y en muchas ocasiones produce que se vuelvan hiperactivos, aburridos, tristes o malhumorados. Incluso puede poner todo su interés en realizar conductas inapropiadas, reducir su capacidad de aprendizaje o dificultad a la hora de relacionarse con los demás.
Intenta darle una rutina diaria de juego. Proporciona a tu perro momentos y herramientas para tener una buena experiencia de juego.