Los gatos son tan majos que a veces tendemos a pensar que nada les afecta, que su vida gatuna es perfecta. Pero por supuesto hay cosas que les afectan. Y una de ellas es el calor.
Durante el invierno es habitual verlos descansando a pleno sol, despatarrados. O durmiendo sobre un radiador, frente a la chimenea, cerca del horno… Cuando hace frío buscan el calorcito, como es lógico. Pero cuando hace calor pueden pasarlo mal.
¿Qué gatos son más propensos a sufrir golpes de calor?
Todos los gatos son susceptibles de sufrirlos. Pero los sénior, los gatitos, los gatos con sobrepeso y los que padecen enfermedades cardíacas o problemas respiratorios tienen más posibilidades. De hecho, hay que tener mucho cuidado con los braquicéfalos, es decir, los de cara chata como el burnés, himalayo, exótico de pelo corto y persa. Estos animales tienen los orificios nasales más pequeños y estrechos, y su tráquea es anormalmente estrecha. El estrechamiento generalizado de las vías respiratorias produce un aumento de la resistencia a la entrada de aire que dificulta la oxigenación.
¿Qué hacer para prevenirlo?
Para regular su temperatura corporal, los gatos aprovechan la evaporación de la saliva que depositan en el pelo durante las sesiones de acicalamiento. Sudan a nivel de las almohadillas y pueden llegar a jadear. Sin embargo, si hace mucho calor, hay que facilitarles la tarea.
1. Agua fresca 24 horas
Déjale agua fresca y limpia a su disposición durante todo el día, y comprueba de forma regular que queda agua en el bebedero y que no le da el sol. Un truco para mantener el agua fresca consiste en poner un cubito de hielo en el bebedero (sin pasarnos ya que a algunos gatos no les gusta el agua fría). Para estimular al gato a beber agua puedes colocar más bebederos o poner una fuente, como las que tenemos en ARISTOSHOP.
2. Cuidado con el sol
Es muy importante que el gato tenga un lugar fresco y protegido del sol donde descansar, sobre todo en las horas más cálidas del día. Esto se aplica tanto a los gatos que viven dentro de casa como a los que tienen acceso al exterior.
3. Menos actividad en horas punta
Cuando hace calor, los gatos se vuelven menos activos. Para protegerlos del calor excesivo se recomienda que no haga ejercicio en las horas punta. Es mejor que juguemos con ellos al anochecer o bien temprano.
4. Refugios refrescantes improvisados
Muchos gatos encuentran los lugares más frescos de la casa donde descansar. Como la bañera, el lavabo o el fregadero. Y en eso tú también puedes ayudarle. Por ejemplo, poniendo una bolsa de agua fresca (e incluso con algunos cubitos) debajo de su cama. O compra una cama que favorezca la dispersión del calor, como las camas levantadas del suelo, como esta hamaca origami, o las que están hechas de material transpirable.
5. Refréscalo
En días muy cálidos puedes mojarlo con una toalla húmeda desde la cabeza hasta el dorso. El agua, al evaporarse, provocará un efecto parecido a nuestro sudor y a pesar de que la mayoría de gatos no ama el contacto con el agua, suele tolerar una toalla húmeda.
6. Viaja en buenas condiciones
Si viajas con tu ARISTOGATO, cuidado con la temperatura y la ventilación del coche. Lo mejor es viajar en las horas más frescas del día, parar de vez en cuando para darle de beber y asegurarte de que esté bien
¿Cuáles son los síntomas de un golpe de calor?
Si pese a que has puesto en práctica todos los consejos anteriores, la temperatura del gato sube demasiado y sufre un golpe de calor, te darás cuenta por estos signos: el gato puede ponerse nervioso, empezar a jadear, salivar en exceso, resultar caliente al tacto, temblar, tambalear, vomitar y sus encías aparecen de un color más oscuro e intenso. Si esto ocurre, ve directamente al veterinario.
Esperamos que el verano transcurra felizmente y sin contratiempos para todos, con ayuda de estos consejitos. Si además de un felino tienes un ARISTOPERRO, puedes seguir leyendo este otro post, donde hablamos de cómo proteger a los perros de un golpe de calor.