ALEXANDRA MEYERS & RIBBONS: EL HOMENAJE
Ribbons un ser majestuoso
Alexandra Meyers nacida y criada en Londres, estudió Filosofía y Literatura en la Universidad de Warwick. Después de una pasantía en British Vogue, pasó a ser Directora de Relaciones Públicas, Marketing y Publicidad de Tiffany & Co. en el Reino Unido, donde trabajó durante casi una década. Después de cuatro años de mudarse a Nueva York, regresó a Londres, donde se convirtió en Directora de Comunicaciones del Grupo Birley, incluidos Annabel’s y Harry’s Bar, para el magnate de restaurantes Richard Caring.
Alexandra tiene un amplio conocimiento tanto de lujo como de moda y belleza. En 2013, estableció su propia consultora boutique de marcas de lujo, Peregrina, con clientes como Jimmy Choo, Christian Dior, Ralph Lauren, Bvlgari Hotels, Tod’s, LK Bennett, entre otros.
Lleva toda su vida viajando de un país a otro, pero no lo hacia sola, sino junto a su inseparable ARISTOPET Ribbons, que desafortunadamente nos dejó hace unos meses.
Nos pusimos en contacto con ella para homenajear al famoso Ribbons, su voz nos transmitió energía y dulzura pero cuando habla de él se quiebra… fueron16 años de convivencia y ahora el recuerdo le acompaña día a día.
— ¿Cómo era Ribbons?
Cuando le pregunto a la gente como era Ribbons, todos responden lo mismo: era el perro más humano que habían conocido. Enano de tamaño, enorme personalidad y majestuosa presencia. Hasta el veterinario me decía con frecuencia que Ribbons se creía humano que no tenía ni idea que era perro.
— ¿Fue amor a primera vista?
¡Si! nuestro amor fue a primera vista, un flechazo que duró 16 años y su partida ha sido uno de los momentos más amargos de mi vida.
— ¿Cómo ha sido tu vida junto a él?
Ha sido el mejor regalo que me ha dado la vida, mi niño, compañero, amigo, confidente, hijo,nunca me sentí sola porque estaba constantemente a mi lado, en ocasiones me seguía hasta en la ducha… me acompañaba a todas mis reuniones, los clientes se enfadaban si no lo traía conmigo.
Éramos dos figuras muy conocidas en nuestro barrio, por la calle todo el mundo le sonreía al verlo trotar orgulloso con sus sweaters de cashmere preferidos de Ralph Lauren. Él sabía el efecto que causaba sobre la gente y lo usaba para obtener todo lo que quería. Era un perrito muy mimado por todos aunque nada consentido y su comportamiento era ejemplar.
En fin, tuvo una vida maravillosa, llena de amor y glamour, viajó por todo el mundo, aventuras en helicóptero, photocalls, fiestas, desfiles, eventos, restaurantes de lujo en Londres, Nueva York y París, siempre se llevaba los flashes de los fotógrafos. Lo conocían en todas partes.
— ¿Por qué se hizo tan famoso en Londres?
Siempre he trabajado como relaciones públicas con marcas de lujo y no me gustaba dejar a Ribbons solo, me lo llevaba con frecuencia a muchísimas fiestas y eventos. Ya desde cachorro era el centro de atención y lo fotografiaban allí donde iba.
— ¿Cómo se comportaba Ribbons en los restaurantes?
Estaba muy bien educado. Era muy conocido en los clubs privados más exclusivos de Londres. Se ocupaban de él como un príncipe, con una silla y un bol especial. Le pedía un filete del menú, con algunas pocas patatas fritas y estaba contentísimo. Un año, por su cumpleaños, el chef del Club Privado Annabel’s le hizo un steak tartare con una vela. Era el centro de atención allí donde iba.
— ¿Tienes alguna anécdota divertida junto a Ribbons?
¡Si! en varias ocasiones se escapaba de los campos de golf, los empleados pasaban horas buscándole y lo encontraban en el restaurante rodeado de gente dispuesto a degustar las especialidades del cheff . Tenía muy buen gusto.
— ¿Por qué decidiste imprimir su patita tras su pérdida?
Decidí imprimir su patita porque de faltaba un dedo en una de ellas. Físicamente Ribbons era perfecto y todo el mundo comentaba los precioso que era. Un día tuve que irme a Milán y lo dejé al cuidado de su niñera. En una de sus salidas al parque tubo la mala suerte de cortarse en una pata. Lo llevaron directamente al veterinario pudiendo salvar la patita pero perdió uno de sus dedos.
Cuando volví de Milán y nos reencontramos su mirada era de circunstancia, debió pensar que me molestaría su cambio físico, pero fue todo lo contrario, esa patita fue mi preferida y una de las cosas que lo distinguía de otros perritos.
Tengo que decir que siempre fue muy luchador y tenia muchísima personalidad, como su patita. Estoy contentísima de tenerla ahora impresa.
— ¿Qué le dirías a la gente que están pasando por tu misma etapa de duelo?
Nunca pensé que Ribbons viviría para siempre, el hueco que ha dejado en mi corazón es enorme. Los animales son un regalo envuelto de amor y alegría. Es difícil soportar tanto dolor cuando se te va un ser querido… pero luego miro al cielo, sonrío y sólo me queda decir: muchas gracias por hacerme tan feliz, jamás te olvidaré.