Cada vez somos más ARISTOPETERS. Eso es algo que nos encanta y que nos llena de alegría. No nos conocemos, pero tenemos un amor común que hace que, en el fondo, compartamos mucho más de lo que imaginamos. Por desgracia, lo que no compartimos, en la mayoría de los casos, es el marco legal.
En España el registro de animales de compañía es una competencia autonómica. No hay un único registro a nivel nacional, como sucede en otros países. Por lo que el papel de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía, comúnmente conocida como REIAC, está muy limitado. Eso, lógicamente, tiene una serie de consecuencias. Empezando por el hecho de que es muy difícil obtener cifras reales del número de animales de compañía registrados e identificados en todo el territorio nacional.
Por eso hay que recurrir a estudios elaborados para el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Según datos del último, elaborado en noviembre de 2015, en España hay 7.438.689 ARISTOPERROS registrados, 430.683 ARISTOGATOS y 48.456 mascotas de otra especie (pájaros, peces, aves y pequeños mamíferos, como por ejemplo hurones, hámsters…).
Si hacemos zoom en el informe, vemos que Andalucía es la comunidad con más ARISTOPETS registrados: 2.164.686 ARISTOPERROS, 119.367 ARISTOGATOS y 27.624 animales de otras especies. Seguida por Madrid, con 1.132.936 ARISTOPERROS y 139.109 ARISTOGATOS; Cataluña y la Comunidad Valenciana. En el extremo contrario se sitúan Navarra, que es la comunidad con menos ARISTOPERROS (solo tiene 151.256) y Extremadura, que es la región en la que menos ARISTOGATOS y animales de otras especies hay: 1.930 y 325 respectivamente.
Desde las entidades responsables del registro advierten, por un lado, de que cuando el animal fallece, el propietario no suele comunicar la baja, salvo que se produzca en el propio centro veterinario. Por lo que puede haber muchos registros que realmente corresponden a animales ya fallecidos. Por otro, informan de que está más extendido el registro de ARISTOPERROS que el de ARISTOGATOS. En parte se debe a que el gato es un animal casero, que no suele salir, por lo que la necesidad de identificación en caso de pérdida pierde fuerza. Asimismo, en las ciudades hay más conciencia de la importancia de hacer un registro adecuado que en los pueblos, ya que en muchos pueblos todavía pervive la costumbre de que los animales anden sueltos. Por todo esto, hay que coger con pinzas este tipo de datos.
Lo que no se puede coger con pinzas es la falta de consenso y uniformidad entre los sistemas de registro e identificación de animales de compañía. Porque nos afectan a nosotros y a nuestros mejores amigos.
– Hay 17 leyes de protección animal distintas. Cada una regula aspectos diferentes y establece normas diferentes, que van desde las especies cuya identificación es obligatoria hasta la obligatoriedad de las vacunas.
– Hay 17 bases de datos distintas. Cada comunidad tiene su base de datos independiente, sin relación con las del resto. Los campos recogidos en dicha base de datos, cómo no, también varían.
– No hay homogeneidad en cuanto a los trámites o la normativa. Por ejemplo, en Madrid se considera que un perro ha sido abandonado si su dueño no lo reclama en un plazo de diez días. Mientras que en Andalucía este plazo se reduce a cinco.
Tampoco hay homogeneidad en la gestión de los registros. En algunas comunidades la gestión se realiza en la propia administración, mientras que en otras se realiza en el Colegio de Veterinarios.
Esto genera un sinfín de complicaciones y un nivel de trámites y burocracia desesperante. Sin embargo, lo más grave ocurre cuando un ARISTOPET se pierde en una comunidad autónoma en la que no está registrado. Esos casos pueden convertirse en un verdadero infierno por la pérdida en sí, pero también por la impotencia que te genera…
a) La falta de contacto entre registros. Puede llegar a imposibilitar la cesión de los datos, ya que son bases de datos privadas y las entidades que las gestionan no están obligadas a ceder la información debido a la Ley de Protección de Datos.
b) La dificultad para contactar con los propietarios, ya que se encuentran bajo marcos legales distintos. Además, en caso de que los datos de contacto no están actualizados, puede no recibir las correspondientes notificaciones y su animal ser declarado abandonado. Lo que, además del perjuicio que esto ocasiona al ARISTOPET, conlleva importantes repercusiones legales.
Por todo esto, hasta que esto se solucione, os recomendamos que tengáis a vuestros ARISTOPETS debidamente registrados, con los datos perfectamente actualizados. Por nosotros, que no quede. En este post os explicamos cómo hacerlo.